No
todos los facilitadores son iguales ni de la misma
categoría, entrega, nivel espiritual, alcance interior, y
renuncia. Ten cuidado que no estés tomando “ganso por cisne”
a tu facilitador. Puede suceder que un facilitador, por lo
cercano que lo tienes, te hable con cordialidad, te de
confianza, te abra las puertas de su casa, y se puede dar el
caso insólito de que te cocine, te lave o te planche, y por
esto creas que es uno más, un hijo de vecino cualquiera por
allí, y tengas un verdadero Maestro frente a ti. Si tu
Facilitador te cocina, no creas que es cocinero; si barre,
no lo consideres barrendero; si se ocupa de una puerta, él
no es portero. Y resulta que el Facilitador-Maestro hace
todo lo mencionado por humildad, para ocultar y disimular su
verdadero estatus espiritual. Esto ha sucedido mucho en la
historia de la humanidad. No sea que te suceda como en un
país donde dicen que hay un foco magnético y pregonan que
Saint Germain es el guardián de dicho sitio, y no se dan
cuenta que un Rey nunca puede ser un guardián, los
guardianes están por debajo de los Reyes. Hay quienes han
tenido la visión, se han dado cuenta y han tratado a su
Maestro con apariencia de facilitador común como lo que
verdaderamente es y lo han tenido todo el tiempo posible y
necesario, y otros ignorantes, faltos de visión, obtusos de
mente y corazón, no han tratado al facilitador como se lo
merecía, lo han maltratado, insultado, calumniado, atacado y
lo han perdido.
Si
tu facilitador siempre está feliz y jamás se enfada, al
menos injustificadamente, todo lo que le preguntas te lo
contesta, tiene una desmedida buena voluntad con todo el
mundo sin interés personal de nada, no cobra ni busca
beneficiarse de ningún modo por lo que hace, si tiene fe y
es completamente positivista, si lo ves tratando a todo el
mundo con amor y respeto, si es culto, amante de las bellas
artes, es veraz, pacífico, no ataca a nadie ni critica a
ninguna otra escuela espiritual, gurú o miembros de otros
grupos espirituales, perdona toda agresión que le hacen sin
dejar en el rastro de rencor o memoria del hecho, no pide
que lo sigan ni que lo imiten, y siempre devuelve a las
personas a que sigan su propio “Ser Interior”, déjame
decirte que no tienes un facilitador común y corriente sino
un Maestro. Tal vez no será un Maestro Ascendido, como los
de las fotos y los que narran los libros, despreocúpate que
a esos te va costar mucho encontrártelos, pero el que tienes
al frente es un Maestro.
Así
como no todos los facilitadores son iguales, igual son los
Maestros, todos son diferentes, tienen distintos estilos y
formas de ser Maestros, dependiendo de sus grados, niveles y
alcance espiritual que puedan tener.
Si tienes la fortuna de tener por Facilitador un Maestro,
debes tener mucho cuidado con él, no es que te cuides de que
él te haga algo malo, ¡no! Eso nunca te lo va ha hacer, sino
al revés, que tú te cuides de cómo tratarlo, dirigirte a él,
y atenderlo para que te dure mucho tiempo. “Así como cuando
el discípulo está preparado, aparece el Maestro, cuando el
discípulo no está preparado pierde al Maestro”. Porque
cuando un Maestro no se trata debidamente se desaparece.
Un
Maestro, por lo general, es una persona muy sensible en
cuanto a su cuerpo físico se refiere, su vehiculo etérico,
sus emociones y su mente. Nunca lo puedes abordar con la
carga emocional de tu cuerpo astral, de forma desesperada,
abrupta, como a cualquier persona, su sensibilidad es tal
que si está meditando, concentrado escuchando una
instrucción, resolviendo un asunto de bien grupal,
realizando algo concerniente al mundo espiritual, como puede
ser escribir, preparar una charla, no se le puede
interrumpir por nada del mundo, ni de repente, hablarle,
tampoco abordarlo salvajemente, y mucho menos de lado o de
espaldas, sin que él previamente se de cuenta, le puedes
ocasionar un desastre en sus cuerpos inferiores que le puede
costar días y hasta meses de malestar e igual tiempo para
recuperarse. Esto, sin tomar en cuenta que si es delicado de
salud, se le puede ocasionar hasta la muerte, porque su
corazón es diferente al de los demás seres humanos, es muy
sensible y le puede venir un paro cardíaco. Esto ha pasado,
y el que lo ha ocasionado la ha pasado muy mal, y todo por
falta de delicadeza. Esta forma de cuidados y trato con un
Maestro no solamente se tiene con alguien así, sino que por
cultura, urbanidad, buenas costumbres, hay que tener mucho
cuidado con el trato que se tiene con las demás personas,
sobre todo en la forma de abordarlas.
La
falta de cuidado y delicadeza en el trato, es una de las
principales razones por las que los Maestros Ascendidos que
todavía conservan cuerpos físicos, como El Morya, Koot Hoomi,
Saint Germain, Jesús y algunos otros, ni se les ocurre
aparecerse ni exponerse físicamente a la humanidad y el
estudiantado común, porque no soportarían el impacto
emocional contaminado que estos les lanzarían encima. Muchos
de sus cuerpos tienen más de doscientos años y están en
perfecto estado, gracias a la rigurosa armonía emocional,
mental y física en que viven y los mantienen. Igualmente,
muchos Maestros que en el mundo de la forma se comportan
como facilitadores comunes y que gracias a sus conocimientos
espirituales han superado fallas en sus cuerpos físicos y se
mantienen vivos corporalmente cumpliendo un gran trabajo, es
por la estricta armonía en que mantienen este cuerpo, sobre
todo a nivel emocional, evitando impactos sensibles, que si
viene alguien imprudente y los altera, les pueden hacer un
daño irreparable.
La
mayoría de las veces muchas “Corrientes de Vida” se han
pasado muchas vidas buscando encarnar junto a un maestro
físico y hacer un trabajo contundente de difusión de la Luz
a nivel mundial y mediante un esfuerzo inusual de los
“Ángeles del Plan Divino” consiguen que esto suceda. No se
vaya a creer que al Facilitador-Maestro lo van a encontrar
con halo de luz alrededor de su cuerpo, con una bata,
hablando con palabras rebuscadas y modales extravagantes.
Eso lo hacen los charlatanes y chantajistas espirituales
para tener seguidores fácilmente influenciables. Lo más
seguro es que al Facilitador- Maestro se lo consiga
inmiscuido en el plano de la lucha de la vida común,
hablando con los demás de cualquier cosa, rodeado de gente
habitual, con una profesión como cualquier otra persona,
viviendo con alguna pareja o soltero, vestido a la moda o de
forma rutinaria, si ningún protocolo, al menos visible.
Déjenme decirles un dato: la mayoría de los Maestros
Ascendidos, cuando aparecen en el mundo de las formas, lo
hacen con estas características y debido a esto es posible
que pasen desapercibidos o que algunos desmitificadores que
les descubran la parte espiritual, traten de descalificarlos
por no verlos como las mentes comunes se imaginan que debe
ser un maestro.
Tengan
cuidado, no les vaya a pasar como a Elsa de Bravante, que
estaba siendo víctima de una gran injusticia y pidió ayuda
divina. En un cisne bajando del cielo se le apareció
Lohengrin y le dijo que la ayudaría pero que nunca le
preguntara su nombre ni de donde venía, porque lo perdería.
Lohengrin se terminó casando con ella. Y por Elsa ponerse a
escuchar intrigas la instigaron a que no podía seguir de
pareja con alguien que no sabía quién era, y así instó a
Lohengrin, peleando con él como si fuera un humano común, a
que le develara su identidad, él lo hizo, pero se le fue
para siempre dejándola sola y desvalida. Esto es simbólico
de los Maestros que ocultan su identidad y de la gente que
no los respetan y se les van.
Hay “manuales de urbanidad”, “saber estar”, “comportamiento
en sociedad”, o “proceder adecuadamente”, que uno antes de
tratar con un Facilitador o Maestro se los debe estudiar muy
bien para tratar adecuadamente a quien se lo merece. Hay
facilitadores comunes, vulgares, groseros chantajistas y que
no merecen ningún buen trato, pero la “Nobleza Obliga” a
tratarlo como si fueran príncipes, y eso está bien, “El que
se enaltece con el trato noble es el que trata noblemente”.
“Más se encumbra el que trata noblemente que el que es
tratado como un noble”. Puede haber cerca de ti un
Facilitador que tal vez desconozcas que es un Maestro y
merece que lo trates como si fuera un noble. Tal vez tengas
junto a ti a alguien que fue un gran rey, un ser insigne de
mucha alcurnia y que por merecimientos kármicos en esta vida
mereció trabajar como Facilitador impartiendo la “Enseñanza
Espiritual” de los “Maestros Ascendidos” en el mundo de las
formas como un ser común.
Cuando
estas cosas suceden, el Facilitador-Maestro que es noble,
sabe ocultar y disimular su alcurnia muy bien, es parte del
comportamiento de los verdaderos seres ilustres. Pero
observándolo con detenimiento te darías cuenta que por
debajo de su vestidura carnal se oculta un noble y si
quieres conservar su consejo, confianza y beneficios, debes
tratarlo como tal. Cuando los nobles no son tratados
adecuadamente no arman escándalos ni reclaman nada como la
gente vulgar, sencillamente, en silencio se deslizan
imperceptiblemente y se desaparecen de la escena donde no
fueron tratados acorde a su rango. A veces nadie se da
cuenta de esto. Así lo hacen los Maestros Ascendidos, si las
circunstancias los obligan; la mayoría de Ellos son o han
sido nobles. Para evitar problemas como el que podría
ocasionar el de tomar “ganso por cisne”, recuérdate que la
“Nobleza Obliga”, así que trata a todo el mundo como si
fueran nobles y compórtate como si también fueras un noble.
“La nobleza de Japón se entiende con la Nobleza de
Inglaterra aunque sean de procedencias opuestas”.
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