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JUAN PABLO II
GRAN MAESTRO DE LA
DIVINA MISERICORDIA

Rubén Cedeño

 


Medellín 26.4.2011
La Jerarquía Espiritual expresó de Juan Pablo II para conocimiento del género humano cuando estaba encarnado: “Un Maestro camina a través de él”. Hoy afirma: “Fue un Maestro Ascendido caminando por la tierra de hoy”, conocido como “El Gran Maestro de la Divina Misericordia”. Su beatificación es solo una reconfirmación dentro de los cánones religiosos humanos de la santidad de este magnánimo ser, que la humanidad jamás sabrá su real dimensión espiritual, y que solo apenas vislumbra una minúscula parte de su inconmensurable grandiosidad.


MISERICORDIA DE JUAN PABLO II
La Misericordia la tuvo Juan Pablo II siempre, pero se puso de relieve en su forma más contundente y se exteriorizó visiblemente, cuando fue tratado como Jesús en la Cruz, al ser baleado en la “Plaza San Pedro” y luego hacer como Jesús perdonando a sus asesinos e ir a la cárcel a perdonar a su homicida. Lo que nadie sabe es que Juan Pablo II murió místicamente en ese atentado. La Madre María acudió personalmente en auxilio de su dilecto hijo Juan Pablo II a resucitarlo, debido a la importante misión que tenía que cumplir y no era el momento de abandonar la encarnación, y lo flameó internamente y externamente con la Llama de la Resurrección y la Vida, al igual como lo hizo el Arcángel Gabriel con el Maestro Jesús y lo hizo renacer. Clínicamente parte de su tratamiento fue que se le renovó completamente toda su sangre y la justificación humana fue por un supuesto temor a que los proyectiles estuvieran envenenados. Debido a esto es que la bala que intentó acabar con la vida de Juan Pablo II está incrustada en la corona de la Virgen de Fátima que ocupa el lugar de la aparición en Portugal.



Rubén Cedeño cantándole al Papa Juan Pablo II


CELDA DE LA REBIBBIA
Así como Jesús tuvo como clave angular de su Resurrección y Ascensión proyectar la Llama del Perdón al decir: “Padre Perdónalos que no saben lo que hacen”, Juan Pablo II tuvo como comienzo de su ministerio como “Gran Maestro de la Divina Misericordia” la cárcel romana de máxima seguridad de Rebibbia, cuando fue allí a perdonar a su asesino, el terrorista turco Mehmet Alí Agca. Y es de tenerse en cuenta que el extremista no le pidió perdón. El victimario no le pide perdón a su víctima, sin embargo la víctima perdonó. He aquí lo que siempre debemos hacer en la práctica de la Misericordia, si queremos ser misericordiosos. Esta fue la Gran Misericordia que convierte en ese momento a Juan Pablo II en Gran Maestro de este maravilloso don de Dios de la Divina Misericordia. Es la primera vez en la historia del cristianismo que un Papa está frente a frente a su asesino y lo perdona. Juan Pablo al salir del templo de su conversión en Gran Maestro de la Misericordia, que fue esa celda de esa cárcel, expresó: "He hablado con Agca como se habla con un hermano al que he perdonado y goza de mi confianza". Ya en ese momento el maestro que caminaba a través de Juan Pablo II tomaba cuerpo y sangre en ese cuerpo. Juan Pablo II se convierte en Gran Maestro de la Divina Misericordia en la celda de Mehmet Alí Agca, en la cárcel de Rebibbia.
Todos tomemos el ejemplo de Juan Pablo II de ser Misericordiosos con todos los que nos rechazan, incluso hasta con los que nos procuran la muerte y perdonarlos.
 

LLAMA DE LA MISERICORDIA
Juan Pablo II se adiestró en el uso de la “Llama de la Misericordia” en Cracovia en la parroquia de Mysliborz en el Templo de la Divina Misericordia bajo la dirección de los textos de Sor Faustina Kowalska con Las Hermanas de Jesucristo Misericordioso. Donde en una de las sentencias Jesús dice estas grandiosas palabras: “Penetra en Mis secretos y conocerás el abismo de Mi Misericordia para las criaturas y Mi bondad insondable, y la harás conocer ésta al mundo. A través de la oración intermediarás entre la tierra y el cielo”
Algo curioso fue que una de las disciplinas que Juan Pablo II aprendió aquí fue que en cada casa de la Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso
todos los días se celebra la hora de la muerte del Maestro Jesús llamada “HORA DE LA MISERICORDIA” que es a las tres de la tarde, cuando Jesús perdonó a los que le crucificaron. El Maestro Jesús le dijo a Sor Faustina: “Cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi Misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero. En esta hora puedes obtener todo lo que pidas para ti y para los demás. En esta hora se concedió la gracia para el mundo entero: la Misericordia triunfó sobre la justicia. “En la cruz, la Fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza, para todas las almas; no he excluido a nadie” “Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte”.

 

DIA DE LA MISERICORDIA
Juan Pablo II canonizó a Sor Faustina Kowalska el segundo domingo después de Pascua y dejó instituido para esta fecha el “Día de la Misericordia” por sugerencias del propio Maestro Jesús, de tal manera que todo aquel que realice en esta día actos de devoción, perdone, y quiera enmendar toda falta y culpa personal quedara totalmente transmutado. Sor Faustina Kowalska intercedió en los planos superiores en el nombramiento de Juan Pablo II como Papa y luego volvió ha intervenir para adiestrarlo en “Gran Maestro de la Divina Misericordia”. No por casualidad, sino por causalidad, Juan Pablo II desencarnó en el año 2005, un sábado, día del Perdón del Fuego Violeta y víspera del día de la Misericordia y en conmemoración de ambos acontecimientos, un día de la Misericordia Juan Pablo II es beatificado.
Juan Pablo II fue un ejemplo viviente de la práctica de la Misericordia para la gente del mundo actual. La Misericordia es la actitud física, emocional y mental de bondad y compasión hacia otro ser humano de perdonar toda ofensa al ofensor y de ofrecer nuestras más caras bondades hacia el más necesitado. La Llama de la Misericordia es una subsidiaria de la Llama Violeta del Perdón, la Transmutación y la Liberación, actividad en la que se consagró y trabaja Juan Pablo II, el “Gran Maestro de la Divina Misericordia” irradiando desde su ser la melodía: “Karol E L'amore” de Ennio Morricone y teniendo su Campo de Fuerza sobre los campos de Wadowice en Polonia.


NECESIDAD DE LA MISERICORDIA
Todos necesitamos beneficiarnos de la Misericordia, todos necesitamos irradiar Misericordia. Afirmemos para nosotros la “Llama de la Misericordia”, irradiamos a los demás la “Llama de la Misericordia”, no reclamando nada para nuestras personalidades sino ofreciendo perdón y compasión a los que nos han ofendido, dañado, menospreciado y beneficiando a todo necesitado. Toda ofensa, maltrato y menosprecio que nos hagan es una oportunidad que nos da Dios de activar en nosotros la Llama de la Misericordia. La “Llama de la Misericordia” la activó Jesús durante su agonía en el clavario, y la instruyó e instituyó Sor Faustina en Cracovia. “Yo Soy la Llama de la Misericordia en toda necesidad y ofensa, cambiando el mundo, disolviendo el mal por Bien”. “Yo Soy Apóstol de la Divina Misericordia”. En concordancia espiritual el domingo primero de Mayo día de la Beatificación de Juan Pablo II, se celebra la Ascensión del Maestro Saint Germain, Director de la Llama Violeta del Perdón y la Misericordia.